El tiempo devorador: misticismo y filosofía.
- Narayana Putra
- 19 mar 2024
- 36 Min. de lectura
‘’Aham evakshayah kalo.’’
‘’Ciertamente Yo soy el tiempo imperecedero.’’
Bhagavad Gita 10.33
Introducción.
El Yo es el tiempo, el Yo es imperecedero, el Yo es Krishna. La frase aquí citada es una de las grandes revelaciones que da Krishna -Dios o el Ser- a Arjuna -la Jiva o el ser- en el Bhagavad gita; más precisamente en el capítulo titulado Vibhuti-yoga (el conocimiento de la Magnificencia), el cual trata las glorias del Ser Supremo. Este capítulo contiene el conocimiento introductorio que precede a la Teofanía del siguiente: Vishvarupa Darshana-yoga (la revelación de la Forma Universal). Sin saber realmente quien es Krishna, Arjuna no habría sido capaz de intuir que Él (Krishna) es el Ser Universal, el Purusha; y por lo tanto, no habría pedido verlo en su Vishvarupa (Forma Universal): Vishnu, el Omnipresente. Sin oír de sus glorias (Vibhuti) primero, Arjuna no podría haber visto (Darshana) al Señor en su plenitud. Y en las propias palabras premonitorias del Señor: Él es el tiempo, Su gloria es el tiempo.
Arjuna oyó primero ‘’Ciertamente Yo soy el tiempo imperecedero’’, luego vio al tiempo. Cuando veía al tiempo, el Señor le dijo ‘’Kalo’smi loka-kshaya-krit pravriddho’’ [Yo soy el Tiempo, el Gran Destructor de mundos] (BG 11.32). El Tiempo es el Destructor, el Devorador. La Forma Universal, como descrita en el Gita, presenta rostros en todas las direcciones, llenando todo el espacio. Muchos de ellos tenían grandes fauces con ‘’dientes terribles’’(BG 11.23), y de ellas fluía ‘’un fuego intenso’’ (BG 11.28). Este fuego devoraba a todos los heroes de la épica -pues el Bhagavad Gita es parte del Mahabharata-, pero no se limitaba a ello, pues el fuego devoraba a todos los seres vivientes -y aún los devora.
‘’Veo a todas las gentes precipitándose a toda velocidad a Tus bocas, como polillas que se lanzan a un fuego ardiente para ser destruidas.’’
Bhagavad Gita 11.29
La Forma Universal.
El tiempo es Jvalana (fuego), que arde sin combustible, cuya llama nunca merma, cada vez más caliente, inextinguible. Las fauces del tiempo son voraces, nunca podrán ser saciadas. La persona es consumida por el fuego, el universo es reducido a cenizas, y el Karma es aniquilado. Nada escapa al fuego del tiempo, a no ser por el Atman (el Ser), que en él no arde, en su lugar, por él es purificado de los eones de existencias ilimitadas. El tiempo arde en el tiempo, la vida y la muerte se calcinan, y el Cakra (rueda) del Samsara (transmigración) resulta carbonizada. El fuego todo lo devora: placer (Sukha), dolor (Duhkha), belleza (Rupa), vejez (Vardhaka), conocimiento (Vidya), ignorancia (Avidya), merito (Punya), pecado (Papa), memoria (Smarana), olvido (Vismarana) y materia (Prakriti); pero no al espíritu porque este último es el fuego mismo. Las llamas son el destino de este cuerpo. La mente no lo sobrevive, la identidad tampoco, la riqueza menos, la desdicha aún menos. Este fuego consume incluso a las cenizas. Este fuego se consume a sí mismo. Del fuego solo resta la libertad.
Para quien no sabe, el tiempo es terrible y teme al tiempo devorador. Para quien sabe, el Devorador es el Misericordioso. El tiempo es el Devorador, el tiempo es el Misericordioso. Pueda todo ser viviente ser devorado por el tiempo. ¡Gloria a Narayana, el Magnifico!
¿Pero por qué deseo esto?
Antes ya hablé de los sistemas de medición del tiempo -Kalpas, Yugas y Manvantaras- aunque esto es tan solo la punta del iceberg. Las divisiones del tiempo son imaginarias, creadas por el hombre para regular su existencia bajo la dirección de esta fuerza-dimensión (tiempo). Pero el hombre no creó al tiempo, el tiempo creó al hombre, y en su momento lo destruirá, así como miles de especies surgen y se desvanecen. Los mundos y las estrellas son en el tiempo y en él se disuelven. Aún hoy descubrimos mucho sobre el tiempo, como su relatividad, que sin embargo, no es contraria al tiempo absoluto. La naturaleza es en el tiempo; sin tiempo y sin espacio las cosas no pueden ser. En el momento cero de la manifestación comenzó el tiempo y en él todo se desarrolló. No obstante, esta última oración implica algo importante: el tiempo es causa, pero el mismo reside en una Causa.
‘’Es este Tiempo quien cocina las cosas creadas, todas las cosas, de hecho, en la Gran Alma. ¿En qué, sin embargo, el Tiempo es cocinado? Quien conoce esto, él el Veda conoce.’’
Maitrayaniya Upanishad 6.15
El tiempo es el fuego que cocina la manifestación universal, pero es cocinado él mismo en Brahman. Tiempo y Brahman no son distintos, siendo el primero una expresión muy especifica del segundo. ¿Cuál es su nombre, su forma o su relación de Causa con la Causa? Bueno eso es lo que quiero abordar en este escrito. Saber las medidas pequeñas del tiempo, las del tiempo mediano, o los grandes ciclos del Kala-Cakra (la Rueda del Tiempo) no significa conocer al tiempo, eso es más bien un dato etnografico del fenómeno llamado Hinduismo. Pero el Hinduismo provee también una aproximación diferente al tiempo, una más profunda, reveladora si se quiere, que se asemeja al alivio de ver la aurora (Ushas) tras una larga y fría noche (Ratri). Veamos entonces el aspecto filosófico-místico del tiempo.
*Para interesados en la medición del tiempo, ver: https://john23brodriguez.wixsite.com/website/post/pauranika-kalah-el-tiempo-pur%C3%A1nico.
1.Las palabras.
El Sánscrito es el idioma de la filosofía y la mística hindú, y en aquel idioma, tiempo se dice Kalah -en nominativo. Dependiendo del contexto Kalah puede adquirir distintos tintes. En las épicas (Mahabharata y Ramayana) y en los Puranas, cuando un evento es inevitable, o cuando algún ser toma una decisión fatídica, se dice que es impulsado por Kalah: el destino. Tales son las palabras de Valmiki en el Ramayana al describir el momento en que Ravana tomó la decisión de abducir a Sita. El Kala (tiempo-destino) de Ravana era morir por su pecado, nada pudo disuadirlo de seguir el curso de los acontecimientos. Kalah entonces es también la muerte inevitable; por tal razón algunos traducen el Shloka ya citado (Bhagavad-gita 11.32) como: ‘’la muerte, destructora de mundos’’. Todos los seres tienen sus Kalah: tiempo de morir.
कालः
(Kalah)
Destino, sin embargo, posee su propia palabra: Niyati. Y muerte también: Mrityu. Pero ni lo uno ni lo otro existe sin Kalah, por eso son absorbidos en la palabra. El tiempo rige el destino y la muerte. Con todo, el tiempo también rige las cosas positivas: el tiempo asignado a todo cuerpo comienza con su Janma (nacimiento) o Yoni (concepción). Cada actividad auspiciosa posee su tiempo, que se distingue con el término Ritu (tiempo ritual). Pero todo esto no es sino un aspecto del conjunto de Kalah. Que las cosas surjan y desparezcan a su propio tiempo se debe a su Svabhava (naturaleza).
En el tiempo se distinguen tres momentos: pasado (Bhuta), presente (Bhavat) y futuro (Bhavya). Las discusiones sobre la realidad de los tres tiempos es muy amplia en la filosofía hindú, así que aquí solo remitiré mi conclusión: el único de los tres realmente existente es el presente, de él se conciben los otros dos. El pasado ha moldeado al presente no como tiempo anterior distinguible, sino como presente en su debido momento. Pero el pasado ya no existe y no posee esencia propia sino en relación al presente. El futuro es el más inverosímil de los tres, y solo existe en potencia en el presente. De tal manera todo se remite al presente, siendo los otros dos concebidos en relación a los movimientos-conjunciones de los cuerpos atómicos (Anu) en el espacio (Dik). Solo el presente puede ser percibido (Pratyaksha), mientras que el pasado es inferido (Anumana) y el futuro postulado (Arthapatti).
Los momentos (Kshana) no son separados, es más no son momentos, sino un flujo continuo de un presente siempre cambiante. La velocidad del flujo y su percepción puede que varíe, pero su dirección es irreversible y nunca es discontinuo. Esto nos lleva a dos palabras más: Nitya (eterno) y a Anitya (no-eterno). Kalah como verdad es Nitya, eterno, pero su actuar-efecto produce Anitya, la no-eternidad o impermanencia. Todos estos puntos serán ahondados más adelante, con todo, el objetivo de esta sección es introducir los términos clave del asunto y sus connotaciones.
2. Las escuelas.
Durante el periodo védico existieron escuelas védicas o paravédicas que no sobrevivieron, o fueron absorbidas en el vedísmo/brahmanismo ortodoxo. Una de dichas escuelas fue la conocida como Kalavada (Doctrina del Tiempo). Esta escuela proponía que la Causa más elevada, el Principio entre principios, era Kala, el Tiempo. Según los Kalavadins, el tiempo determinaba todo acontecimiento y de Él se desprendían todas las causas-efectos. Lastimosamente no poseemos en la actualidad ningún escrito directo de la escuela Kalavada, a no ser un reducido número de himnos del Atharva-veda. Estos himnos son conocidos como Kala-suktas y corresponden al libro 19, himnos 53 y 54. Sin estos dos textos primigeneos no se puede conocer la filosofía del Tiempo, por lo que los citaré completos y luego los comentaré brevemente:
Atharvaveda 19:53.
Eulogio del Tiempo.
1. Tiempo (Kalah) conduce (va) [como] a un caballo con siete riendas, mil ojos, eterno, poseedor de mucha esperma; a él los poetas inspirados montan; sus ruedas son todos los seres (bhuvana).
2. En siete ruedas este tiempo conduce; siete son sus centros, inmortalidad (amrita) de hecho es su eje; Él, Tiempo, incluyendo a todos los seres, avanza como el Primer Dios.
3. Un recipiente completo es puesto sobre el Tiempo; nosotros en verdad lo vemos, siendo ahora multiplicidad; Él es en frente de todos estos seres; eso llaman ellos el Tiempo en el más alto firmamento (vyoman).
4. Él realmente produjo juntos a todos estos seres; Él de hecho penetró en todos los seres; siendo Padre, Él se hizo hijo de ellos; más que Él no hay otro brillo más elevado (Para).
5. El Tiempo generó el antiguo cielo, el Tiempo también estas tierras; lo que es y lo que existirá es emanado del Tiempo.
6. El Tiempo creó la tierra; en el Tiempo arde (tapas) el sol; en el tiempo todas las existencias; en el Tiempo los ojos miran a lo lejos.
7. En el Tiempo es la mente, en el Tiempo es el respiro, en el Tiempo el nombre es recogido (samadha); por el Tiempo, cuando llegado, todas estas criaturas (praja) se complacen (nand).
8. En Tiempo es fervor, en Tiempo es lo que es jefe, en el Tiempo el Brahman es recogido, Tiempo es el Señor (Ishvara) de todo, Quien fue Padre de Prajapati.
9. Enviado por Él, nacido en Él, en Él (tat) puesto firmemente, Tiempo, transformándose el Brahman, sostiene lo más exaltado.
10. El Tiempo generó progenie, el Tiempo en el principio Prajapati; el auto-existente Kashyapa proveniente del Tiempo, el fervor del Tiempo fue nacido.
El verso 1 y 2 describen la imagen de una carroza tirada por un Caballo. El Caballo es conducido a la perfección (número 7) y él mismo es infinito-eterno-inmortal (numero 1000). Las ruedas de la carroza y sus revoluciones producen a todos los seres. El tiempo mueve todas las cosas, y al mismo tiempo, en Él se mueven. Antes de todos los Dioses y Primero en jerarquía está el Tiempo. Recordemos que el sistema teológico de los Vedas es Politeísta-Monoteísta: hay distintos Dioses, que no son sino proyecciones de Uno, Único, aquí identificado con Kala.
(Ratha - carroza)
En el verso 3 se describe al Tiempo como siendo Uno, Indivisible, Completo -un recipiente pleno, auto contenido y no diferenciado-, que sin embargo, es visto como la multiplicidad. La relación del Uno que es Muchos es Bheda-abheda, por lo tanto, el Tiempo como más alto Dios sostiene la relación de diferencia-no-diferencia con todas sus criaturas. El verso 4 confirma la relación, pues Él entró en cada Ser, se hizo el Ser/los Seres, e incluso siendo el Padre se hizo Hijo de ellos. Kala engendra a Kala, la Causa engendra a la Causa, Dios engendra a Dios. Con todo, Él permanece por encima de todo ello en el más alto cielo (Paravyoman).
Los versos 5 al 7 describen cómo el Tiempo creó a todas las cosas y cómo ellas se sustentan en Él. El verso 8, no obstante, es el más polémico, pues establece a Kala por encima de Brahman (Principio de principios), en donde el primero contiene al segundo. Empero, la controversia se resuelve fácilmente así: los himnos védicos son Katenoteístas; o sea, cada himno presenta al Dios elogiado como Supremo, siendo todos Supremos en sucesión y a su debido momento. Es necesario recordar que los Dioses védicos no son distintos entre sí, son Uno que parece ser multiplicidad. El Kala-sukta eleva al Tiempo sobre Brahman, no porque Brahman sea inferior, sino porque son idénticos, y en el caso especifico del Himno se alaba al aspecto Kala de Brahman.
No todos los antiguos filósofos estaban contentos con la solución aquí proporcionada, no porque fuese falsa, sino por cuestión de identificación con Carana y Vada (Tradición y Escuela). Para el Vedantista la causa es Brahman, para el Kalavadin era Kala, pero quién conoce el Veda no distingue entre esta diferencia superficial. Así pues Indra es Supremo, luego lo es Agni, luego Vishnu, luego Rudra, luego Prajapati, luego Aditi, luego Kashyapa, luego Mitra, luego Varuna, luego Kala, luego Brahman, etc. Los versos 9 y 10 de nuevo confirman la idea: El Tiempo es causa de Prajapati (El Creador/Progenitor), y no por ello, este (Prajapati) deja de ser Supremo. Igualmente de Kala proviene Kashyapa (Padre de los Dioses). El término neutro -no de forma gramatical- es Ishvara (el Señor). Según la escuela puede que cambie qué fue primero: si Kala, Brahman o Ishvara. Pero en el sentido védico más esotérico no son sino sinónimos de Una Verdad Inefable. Veamos ahora el segundo himno Kalavadin:
Atharvaveda 19:54.
Eulogio del Tiempo. [2]
1. Proveniente del Tiempo llegaron a ser las aguas; proveniente del Tiempo el Brahman, fervor, los cuartos; por el tiempo el sol se alza; en el Tiempo él se va a descansar (nivish) otra vez.
2. Por el Tiempo el viento despeja (pavate); por el Tiempo la tierra es grande; el gran cielo en el Tiempo está fijo.
3. Tiempo, su hijo, generó antiguamente a lo que es y lo que será. Provenientes del Tiempo los versos (Rig) llegaron a ser; la formula sacrificial (Yajur) nació del Tiempo;
4. El Tiempo puso en moción el sacrificio (Sama) una porción inextinguible para los dioses. En el tiempo están firmes los Gandharvas y las Apsaras; en el tiempo los mundos;
5-6. Sobre el Tiempo está este celestial Angira y Atharvan. Ambos este mundo y el más alto; y los mundos puros (punya) y las separaciones puras- todos los mundos por el Brahman siendo conquistados, este Tiempo avanza como el más Alto Dios.
Los versos 3-5 describen el origen de los 4 Vedas, claramente Apaurusheya (no humanos) porque el Tiempo es su autor. Los versos son el Rig-veda, las formulas sacrificiales el Yajur-veda, el sacrificio (con sus cánticos) es el Sama-veda, y el Angira y Atharvan son el Atharva-veda. De acuerdo a la tradición el sabio Angira recibió los versos de boca de Artharvan, hijo y discípulo de Brahma; por ende, se le llama el Atharvangirasa o Angira y Atharvan. Además existía un tipo de sacerdote llamado Atharvan, especializado en los versos del Atharva-veda.
El conflicto entre los Brahmanistas y los Kalavadins era a cuál de los dos principios, Brahman o Kala, habría de adjudicarsele el título de Sarva-Karana-Karanam (la Causa de todas las Causas). Aunque ya sabemos que esta disputa se trata de una de hombres en cuestión de onomástica; pues el Principio permanece inalterado por sus denominaciones. Finalmente, la filosofía Kalavada fue integrada en el Brahmanismo durante el periodo védico tardío, pues en los Upanishads el tiempo ya no compite ni comprende al Brahman, sino que ‘’se cocina en él’’ (Maitrayaniya Upanishad 6.15); de modo que, en adelante el Tiempo será un aspecto, facultad, y efecto subordinado del Brahman.
No obstante, la escuela Kalavada no poseía un monopolio de reflexión en cuanto al Tiempo. Para el filosofo Bhartrihari, Kala es una Shakti (potencia) de Brahman. Consecuentemente, se trata de una fuerza que aplica el Brahman para controlar la manifestación material (Srishti), así pues, se puede hablar de Kala-controlador, del que hablaré más adelante. Sin embargo, se debe recordar que Brahman y Shakti no son separados, sino aspectos indivisibles. Bhartrihari resalta dos poderes de Kala: Pratibandha y Abhyanujña. Pratibandha significa prevención, este poder se manifiesta en que todas las cosas no ocurren al mismo tiempo, sino que se producen en sucesión. La prevención hace que haya un orden entre la causa y sus efectos, sin que el efecto preceda a una causa. Este concepto es directamente percibido. Abhyanujña, en cambio, traduce permisividad; también necesaria para la sucesión, pues el tiempo permite que el fruto (efecto) de la causa suceda en su momento apropiado o natural. El Tiempo por tanto permite y restringe la aparición-disolución de los fenómenos.
Similarmente, para los Vedantistas, Kala es una cualidad del Brahman, es más, se trata de una expansión suya, sin forma, omnipresente y que actúa como Causa instrumental, entre Brahman (Causa eficiente) y el mundo de Maya/fenoménico (Causa material). Por consiguiente, Kala es también un Deva (Dios), de forma impersonal y emanado del Brahman.
Por otro lado, para el sistema Nyaya-Vaisheshika el tiempo es una sustancia (Dravya). Las sustancias son nueve: Tierra (Bhu), Agua (Jala), Fuego (Tejas), Aire (Vayu), Éter (Akasha), Tiempo (Kala), Espacio (Dik), Alma (Atma) y Mente (Manas) (Vaisheshika Sutra 1.1.5). El universo se compone de las nueve sustancias, pero entre ellas, solo cuatro son eternas: tiempo, espacio, alma y éter. La matriz tiempo-espacio permite la dinámica de los cuerpos atómicos (Anu), compuestos por partículas de las primeras 5 sustancias (perceptibles y no-eternas). La percepción del tiempo en Vaisheshika se describe de la siguiente manera:
6. Posterior en respecto a aquello que es posterior, simultaneo, lento, rápido - tales [cogniciones] son las marcas de tiempo.
7. La sustantividad y eternidad [del tiempo] son explicadas por [la explicación de la sustantividad y eternidad] del aire.
8. La unidad [del tiempo es explicada], por [la explicación de la unidad de] la existencia.
9. El nombre tiempo es aplicable a una causa, en tanto que no existe en sustancias eternas y existe en sustancias no-eternas.
Vaisheshika Sutra 2.2.6-9
*(corchetes por Nanda Lal Sinha).
La cognición es la marca de tiempo: la mente percibe -mediante los sentidos- que algunos fenómenos se dan en posterioridad con respecto a otros, al igual que algunos presentan simultaneidad. La velocidad en la manifestación de los fenómenos -lento y rápido- también revela la existencia del tiempo. La existencia como unidad de hecho necesita tiempo, por ello la existencia testifica del tiempo. Así de fundamental es el tiempo.
La escuela Sankhya-Yoga, al contrario, no se interesa en el tiempo. Muy curiosamente entre los 24 Tattvas (elementos-verdades) no figura el tiempo. Los Tattvas son los siguientes: Prakriti (Naturaleza); Mahat (el Gran Principio); Bhutadi/Ahamkara (Ego Cosmico/Ego); Mente (Manas); los 5 Karmendriyas (sentidos-acción): el Habla (Vac), las Manos (Pani), los Pies (Pada), el Ano (Payu), y Genitales (Upastha); los 5 Jñanendriyas (sentidos-cognitivos): los Ojos (Chakshu), los Oidos (Shotra), el Olfato (Ghrana), el Gusto (Rasana), y la Piel (Tvak); los cinco Tanmatras (cualidad sutil): el Olor (Gandha), el Sabor (Rasa), la Forma (Rupa), el Tacto (Sparsha), y el Sonido (Shabda); y por último, los Cinco Elementos: Tierra (Bhu), Agua (Jala), Fuego (Tejas), Aire (Vayu) y Éter (Akasha). El número 25 es el espíritu: Purusha, por encima de todos los demás Tattvas. En el Sankhya el tiempo es irreal (Maya), siendo unicamente una cualidad en la percepción de Akasha (Éter). Yo claramente disiento de este punto de vista tan simplista.
La tradición puránica identifica al Tiempo con Bhagavan (Dios). El Bhagavan puránico y el Ishvara védico son idénticos, y como Más Alto Dios se puede expresar en varios nombres. Ambos conceptos corresponden a Brahman, no sólo como Saguna (con cualidad), sino que también representan el Nirguna (sin cualidad). El tiempo es una manifestación Saguna-Nirupa: posee cualidad pero no posee forma. El Nirguna Brahman es sin forma y sin cualidad, si bien se puede argumentar su forma incocebible y su cualidad desprovista de cualidad material. Por ello, Kala no es la forma original del Señor (Nirguna), sino que existe solo en la materia porque Kala da la cualidad diferencial a la materia -su transitoriedad. Kala, empero, pre-existe latente e inmanifesto en el Nirguna Brahman, pero solo es visible en este mundo de cualidad. La impersonalidad del tiempo, por tanto, es de una categoría inferior a la impersonalidad del Brahman, rompiendo con la idea Kalavadin ya discutida. El tiempo es la Causa que se cocina en el Brahman, y expandiéndose de Bhagavan es Shakti y Bhagavan simultáneamente.
Él, Aquel Brahman, era todas las cosas; comprendidos en su naturaleza el discreto y el indiscreto. Luego Él existió en las formas de Puruṣa y Kāla. Puruṣa (el Espíritu) es la primera forma del Supremo; luego procedió en otras dos formas, el discreto y el indiscreto; y Kāla fue la última.
Viṣṇu Purāṇa 1.2 pág.* 7
(Purusha)
3. La identidad.
Vidura preguntó: (…) ¡Oh Sabio sumamente erudito! Ten la bondad de describir el tiempo eterno, que es otra forma del Señor Supremo, el actor maravilloso ¿Cuáles son las señales de este tiempo eterno? (…)
Bhāgavata Purāṇa 3.10.10
El Tiempo es Dios, Causa, Manifestación, Expansión, Sustancia, Cualidad y Potencia del Supremo, si tenemos en cuenta todos los puntos de vista anteriormente descritos. Pero Kala posee también nombres (Namah) propios, con todo, ningún nombre en lengua humana es suficiente, ello conlleva a que se requieran muchos nombres, e incluso se adjudiquen formas al tiempo sin forma. Así pues, la teología del tiempo integra muchas identidades. Comencemos por la que me es más familiar.
Nārāyana es el misterio de los Vedas, Él es lo que allí es proveído, (…) Él es Oṁkara, Él es Puruṣa, el Gran Instructor, el Gran Controlador, (…) Él es el Eterno que no decae, Él es Kāla (…) y no hay absolutamente nada más allá de Él.
Matsya Purāṇa 164.16-24
Narayana (Aquel que reposa en las aguas) es Vishnu (el Omnipresente). Vishnu-Narayana es el Tiempo. Más especificamente, Él es el tiempo de preservación, sin que ello niegue que Él sea también el tiempo de muerte y de creación. Una de las cualidades del tiempo es la permisividad (Abhyanujña) y la sustentación. Todas las cosas existen por lo menos un momento (Kshana). Esta capacidad de existir en el tiempo es la jurisdicción y bendición que otorga Vishnu-Narayana. En Maha-vishnu existen los Universos incontables durante un parpadeo (Nimesha), en Garbhodakashayi se sustenta este mundo en un instante, y en Kshirodakashayi se preserva el mundo por un momento. Estos tres Vishnu son el tiempo, pero ellos no son tres, en realidad son Uno.
El Ser Supremo, de hecho es todo esto. Lo que ha sido y lo que será [los tres periodos].
Rig Veda 10.90.2
Los tres tiempos de los que hablé en el principio se consideran todo esto, es decir, la manifestación (Srishti) en su total conjunto. Uno de los nombre de Vishnu en el Vishnu-sahashranama (los mil nombres) es Bhutabhavyabhavatprabhuh (el Señor de los tres tiempos: pasado, presente y futuro).
(Maha-Vishnu)
Oh sabio guía, obediencias a aquel Ser nacido de sí mismo de quien los Kalpas [el tiempo] y todos los seres se originan. Después de reverenciar a aquel Puruṣa, Señor Hiraṇyagarbha (…)
Śiva Purāṇa 5.29.7-8
El nacido de Sí Mismo es Svayambhu, uno de los nombre de Brahma (el Expansivo); al igual que lo es Hiranyagarbha, el Vientre Dorado, que es el Creador en los himnos védicos. Consecuentemente, Brahma es también Kala, cuando el tiempo adquiere su aspecto creador (Prajapati). Como Brahma es Kala, Él es Bhagavan y nunca debe ser visto como Jiva.
(Brahama-Svayambhu)
El gran esplendor de Śiva encarna el Kāla. (…) [Kāla] es el poder del Señor que controla el universo en forma de directivas que son intransgredibles para el universo, que consiste de lo móvil y lo inmóvil.
Śiva Purāṇa 7.1.7.6-8
Shiva (el Auspicioso) es, en sentido limitado, el aspecto destructor del tiempo; pero igual que Vishnu y Brahma, Él es también los tres tiempos, en sentido completo. Como Shankara, Shiva es apacible, como Rudra Él es aterrador, de modo que, el tiempo es tanto apacible como terrorífico. De las tres formas del Parama-Brahman, Shiva es el más asociado al tiempo, esto lo demuestran sus epítetos. Kalagni es el Fuego del Tiempo, representado como una deidad con las cabezas de Brahma-Vishnu-Shiva. Kala-bhairava (el tiempo aterrador) es Shiva en calidad de destructor. Él es también Maha-kala (el Gran Tiempo). En su forma Nataraja (el Señor de la Danza), el Fuego del Tiempo se produce de los movimientos agraciados del Dios danzarín.
(Kala-bhairava)
Kali es también el Tiempo, pues este nombre de Parvati puede interpretarse como el femenino de Kala. No obstante, Kali más precisamente significa Oscura. No por ello, Kali deja de ser también una imagen del tiempo devorador/creador/preservador. De Kali (mancha oscura) la cuarta era recibe su nombre: Kali-yuga. La onomástica de las Yugas proviene de un juego de dados con cuatro posibles tiradas: el puntaje completo es Krita (completo), el segundo mejor es Treta (tres puntos), el siguiente es Dvapara (dos puntos), y el de un solo punto es Kali (una mancha y/o un punto).
(Kali)
¡Glorías al Tiempo Imperecedero, que sustenta y protege como la Maza de Vishnu (Kaumodaki)! ¡Que surge del cántaro de Brahma (Kamandalu) indefinidamente! ¡Y que calcina el mundo al son del Damaru (tambor) de Shiva! ¡Glorias a Kali, la Oscura que es la fuente de la Luz, la Devoradora y la Misericordiosa! Kalah es el aspecto impersonal del Ishvara, como sea que lo entienda el uno u otro, y por ello se puede decir que es el Más Alto Dios, sin incurrir en error.
4.Las dimensiones.
El estudio de Kalah admite cuatro dimensiones, que aunque no aparecen en los textos sagrados, son de mi acuñación para facilitar su entendimiento. El Creador del Universo tiene cuatro cabezas, mirando a todas las direcciones; nada, por lo tanto, puede ser completo, visto desde solo un punto de vista. Las dimensiones -puntos de vista- son:
A. Kalah en relación al plano del absoluto.
B. Kalah como el controlador del plano material.
C. Kalah como sistema mensurable.
D. Kalah como disolución.
5. El Tiempo Absoluto.
Absoluto se compone del latín ab- (separación, privación) y solutus (suelto), así pues, absoluto significa indivisible, completo, que no merma y que todo lo comprende. En el Absoluto todas las cosas están juntas, son Una, nunca dos, y sin embargo pueden diferenciarse en grado ínfimo. El Absoluto es Brahman, la causa de la realidad y el tejido de la misma. Todo plano de existencia esta sujeto al Brahman, siendo diferentes y no diferentes. El Brahman es:
(…) inamovible, uno, más rápido que la mente. Los sentidos no lo alcanzan y Ello
siempre está un paso delante de ellos. Ello se mueve y no se mueve; está lejos y está cerca; está dentro de todo esto, y está afuera de todo esto.
Īśā Upaniṣad 4-5
El Brahman como principio es Purna (completo), sus emanaciones-expansiones (los mundo y los seres) también son Purna. Todo es completo porque su origen es lo completo; así como de un tigre no nace un gato, sino un tigre. Si la causa es plena el efecto que engendra es pleno igualmente. Esto obliga a aceptar la teoría Satkaryavada: el efecto que reside en la causa. A primera vista todas las cosas son creadas porque provienen de la causa, pero viendo más a fondo todo es increado porque su causa es increada. Todas las cosas existen desde el principio, porque no tienen principio: el Absoluto no tiene origen ni fin. Como dicen los herméticos ‘’nada se pierde’’, ni tampoco nada se crea. Todo existe desde siempre latente en la causa, cuyos efectos son infinitos en número y sustancia. El Fenómeno se manifiesta temporalmente, pero como surge del infinito y en aquel mismo se vuelve a fundir, no hay tal cosa como temporalidad. Creer en la finitud de las cosas es Maya (ilusión). Pero el tipo de pensamiento aquí presentado no es un raciocinio normal o natural, porque está fuera del tiempo, y el tiempo está en él. Así pues el tiempo existe en el absoluto en virtus, latente, indiferenciado, como todas las cosas; pero acepta la diferenciación para cumplir el Lila universal, que nadie conoce.
La diferenciación del tiempo es la división de la eternidad en tres tiempos: uno real, uno inferido y otro postulado. De ahí que se diga que hay presente, pasado y futuro. Su indiferenciación, por otro lado, es doble: 1. los limites y transiciones entre los tres tiempos no son claros; y 2. los tres tiempos son un mismo tiempo. En la naturaleza se percibe la irreversibilidad de los tiempos, pero en el espíritu el tiempo es inefectivo, de modo tal que ni hay progresión ni retroceso, tampoco hay permisividad y restricción, ni velocidades. En el absoluto solo hay simultaneidad y eternidad.
Para aquel Supremo Espíritu no hay día tampoco noche, estas distinciones sólo son aplicadas de manera figurativa para el Todopoderoso.
Viṣṇu Purāṇa 6.4 Pág.* 11
La realidad tanto natural como espiritual es Bheda-abheda (diferente-no-diferente). Entonces en el espíritu nada se diferencia, lo que hace al tiempo redundante. Con todo, en los Lilas divinos sí se diferencia, aunque solo nominalmente. De ahí que se diga que hay día y noche en las actividades de Narayana (el Supremo), pero todo es figurativo. Nunca hay día ni noche, porque Narayana ilumina el más alto cielo y esto nunca cambia, más la interacción amorosa con la Jiva hace parecer que incluso allí hay actividad y tiempo. Pero no es tiempo devorador, sino tiempo de amar, de jugar y de disfrutar con el Supremo. El Brahman es Sat-Cit-Ananda (Eterno, Consciente y Feliz) en su forma no-diferente, pero potencia sus tres características/cualidades en la diferencia. El tiempo no existe sino como un juego para el Señor.
Todo este mundo es la sílaba OM [ ]. Su explicación es esta: el pasado, el presente, el futuro, todo esto no es sino OM. Además todo aquello que trasciende las tres divisiones del tiempo, también es solamente OM.
Māṇḍūkya Upaniṣad 1
(…)Quien también es conocido como Nārāyana. Él es la verdad y la Inmortalidad,
Él es eterno y el pasado, presente y futuro, el Purāna Puruṣa y Brahman.
Matsya Purāṇa 164.28
El Señor es el Señor del tiempo, Kaleshvara, el tiempo proviene de Él y está en Él. El tiempo no tiene control sobre el Brahman, porque el tiempo es el Brahman controlando la materia. La materia, como subordinada del espíritu, necesita de control; mientras tanto, los reinos espirituales no necesitan de control alguno. Nadie conoce aquellos reinos, pues aquellos que allí van nunca regresan. Ningún mundo ni habitante del Brahman, durmiente o activo (diferenciado o indiferenciado), es diferente de Narayana; o sea, es plenamente libre y está más allá de toda jurisdicción, a no ser la de Narayana mismo, quien nunca es tirano, sino el liberador, Aquel que comparte su plenitud.
(…) No veo en Ti ningún final, ningún medio ni ningún principio (…)
Bhagavad Gītā 11.16
Tú no tienes origen, intermedio, ni fin (…)
Bhagavad Gītā 11.19
El Señor Primordial Viṣṇu quien es conocido por los grandes sabios con la designación de Mānasa es el Dios sin comienzo ni fin, que no envejece y es inmortal.
Nārada Purāṇa 1.42.13b
6. El Tiempo Controlador.
Kala Bhairava.
¿Por qué la materia necesita control y el espíritu no? El espíritu (Brahman) es la plenitud ya mencionada, compartida y heredada a todo ser aquí, en el más allá, y lo que está incluso más allá. No hay nada que controlar, todo es libre. Y aún así este mundo existe, donde hay limites en todo. El único limite es el cuerpo, con él vienen todas las condiciones y superimposiciones. Con la muerte acaba el vinculo con un cuerpo, pero no los frutos de su acción que deben ser satisfechos, por ende, surge el Samsara: la reencarnación y muerte infinita. Nadie puede conquistar el Samsara, de no ser el Tiempo que la devora, aunque sea él mismo quien la hace girar como una rueda.
Para entender el cómo y el por qué el tiempo domina la materia, hay que saber qué es la materia y por qué existe. La materia (Prakriti) es solo una de las cuatro partes que componen al Señor, tal como lo señala el Purusha Sukta. En esencia, la materia no es diferente del Brahman/Purusha, sino una transformación del mismo. A pesar de la transformación, el Brahman permanece inalterable porque en él no pueden haber reglas mtuamente excluyentes, ya que eso mermaría su omnipotencia. El Brahman puede ser y no ser, Ello puede ser inmutable y aún así transformarse. A esta teoría se le llama Parinamavada. Por tanto, no hay materia y espíritu, sino solo espíritu; pero quien no lo ve así, entonces ve Maya: lo que no es. Esto porque nunca se debe contradecir el principio principal del Vedanta: Brahman es Uno, Único, sin un segundo.
Por esta razón dicen los sabios liberados que ellos no ven nada sino al Señor en todas partes. Sus ojos no ven lo que los nuestros no ven, ven lo mismo, pero ellos si lo entienden. Ver el mundo y no ver a Dios es la única ignorancia, en cambio, verlo en el mismo es la gnosis libertadora. No se trata de un milagro, ni de magia, ni de prodigio, sino que la maravilla está en la comprensión (Jñana). Así como Shiva y Parvati son Uno, como Vishnu y Lakshmi son Uno, como Brahma y Sarasvati son Uno, como Ishvara y Shakti son Uno, este mundo y el otro también son Uno. En esencia identicos, en efecto diferentes. El espíritu es pleno y equilibrado en diferencia y no-diferencia. Por otro lado, la transformación en la materia se trata del desequilibrio de la diferencia en la no-diferencia.
Durante mucho tiempo batallé con respecto al proposito de la manifestación material, pero creo que me he acercado a la solución. Hay quienes dicen que el mundo material es un tipo de cárcel para aquellos que han envidiado al Ser Supremo, pero hay varias falencias graves en esta idea. Primero, el Atman, o sea el Alma, es pura y sin ninguna macula, en ella no hay ni bien ni mal, pues está por encima de ello. Por consiguiente, el Alma no puede envidiar, tal cosa es contra-natura y se desvía de las escrituras del Vedanta. Se sabe esto porque Dios/Brahman es perfecto, y el Alma es una con Dios, y como Él, es perfecta. La perfección no permite la proliferación de la imperfección en ningún sentido.
‘’Ayam Atma Brahma.’’
El Alma es Brahman.
Mandukya Upanishad 1.2
No puede haber envidia en Brahman, ni en el Atman, ni en los más altos cielos. Por ello no hay nada que castigar. Además, el Señor es perfectamente amoroso, dado a la misericordia y nunca a la revancha. Dadas estas razones, la idea de que el mundo material sea una cárcel o reformatorio debe rechazarse, pues desconoce la Verdad misma del Brahman/Atman.
Hay otros que dicen que el Alma debe pasar por una probación en este mundo, para demostrar su valía ante el Señor. Pero esta idea tiene el mismo problema que la anterior: el Alma ya es perfecta, completa, y no tiene nada que probar porque ella es el Bien Supremo. Tal vez el ser humano si pueda ser probado, como criatura que es, pero esa prueba pertenece solo al cuerpo, y nunca se aplica al Alma. La pruebas son pertinentes al Dharma, pero Atman es la fuente del Dharma y a ello no está sometido.
La razón por la que el Señor se transformó en los mundos materiales no puede conocerse completamente. Sin embargo, mi aproximación es que la razón no debe ser diferente que la meta (Prayojana). Moksha (Liberación) es la meta; empero no se trata de una liberación porque sí, o de la liberación del pecado, o del Karma, o del sufrimiento. Moksha incluye todo eso, pero lo transciende. Moksha es la comunión con el absoluto. Ella es Prema: amor absoluto. Ella es la Unidad, la fundición del Atman en el Brahman, aunque en una relación de diferencia y no-diferencia (Bheda-abheda). El mundo, como todo Lila, existe para potenciar el amor del Brahman-Atman. El mundo existe para potenciar la Unidad.
Hay evidencia en cómo se potencia la Unidad, y es a través de su completa antítesis: la multiplicidad. Cuando el Atman ingresa al mundo acepta un cuerpo. El cuerpo es en extremo limitado y depende solo de sus sentidos. El cuerpo debe sustentarse, y por ello, o compite o devora, generando la violencia. El cuerpo se sustenta de otros cuerpos. Un cuerpo es diferente a otro. Nunca es consciente de otro, sino de sí mismo, y para sustentarse debe lastimar a otros. Esta es la naturaleza de la vida. Esta es la expresión extrema de la diferencia/multiplicidad.
No obstante, la Verdad de los seres vivos es su no-diferencia en el Atman, pero sometida al cuerpo, este Atman cree que no lo sabe. Solo especies muy avanzadas pueden cuestionarse como seres, esto es lo que nos hace humanos. La cuestión del ser no es decir por qué existo unicamente, sino por qué existo como existo: ¿Por qué soy un ser separado de otros y del mundo? Esa es la gran duda. Conforme el ser humano procura respuestas, va reconociendo primero la igualdad de todos los humanos y luego la igualdad con otros seres vivos. También contempla el mundo y llega a sentirse una parte de él. O se entrega en devoción a cualquier forma del Supremo, y busca amar hasta ser uno con Él. La gloria del camino culmina en la completa identificación con el Divino, y entonces ya hay liberación, la cual nunca fue la meta, sino que lo fue la Unión.
En un mundo de extrema multiplicidad se puede descubrir la maxima unidad: del Ser, de Dios y de todas las cosas. Puede que este sea el Lila, ver la Unidad en la Diversidad, y potenciar la relación amorosa de formas nunca antes concebidas. Para lograr semejantes resultados, el Señor se expande como el tiempo para asegurar que el Alma, viajera por estos mundos, pueda ver la extrema Unidad en la maxima diversidad.
Este es el Señor de todo [sarveśvara], el Conocedor, el Controlador Interno, la
Fuente, El Origen y Disolución de todo.
Māṇḍūkya Upaniṣad 6
A su propio tiempo el viento sopla, la lluvia cae; el calor mengua y todo crece.
Śiva Purāṇa 7.1.7.23
Para que haya multiplicidad es absolutamente necesario que haya espacio-tiempo, cuya función principal es delimitar y separar. De no ser así, no concebiríamos ni el cuerpo, ni el mundo, ni el espacio, ni el tiempo. Este mundo es uno de definiciones, palabra cuya raíz es finire (terminar). El tiempo controla la aparición y desaparición de la multiplicidad, dado lo cual, se dice que hay tiempo para cosa. Cada fenómeno se muestra en porciones temporales definidas y luego se desvanece. Este mundo es claramente fenoménico, por lo que está completamente subyugado a la jurisdicción del tiempo.
Todo se origina de Kāla y todo es aniquilado por Kāla. No existe nada
independiente de Kāla en ningún lugar.
Śiva Purāṇa 7.1.7.1
El universo está bajo el control de Kāla. Kāla no está bajo el control del universo. (…)
Śiva Purāṇa 7.1.7.9
Cada astro se mueve en su propia órbita y en su debido momento. A tiempo ellos se forman y a tiempo se disgregan. Con el movimiento de los astros -a su debido momento- las plantas germinan, crecen, florecen y se marchitan. Con ellas los animales engordan, sin ellas también mueren. En el tiempo los animales maduran y se reproducen. En el tiempo, también, cazan, duermen, juegan y corren. Con el tiempo el hombre cosecha el grano y la legumbre, recolecta la fruta, ordeña las vacas, sacrifica el ganado, reúne los huevos, hace el queso, el pan y el vino; el hombre vive de lo que regala el tiempo. En el tiempo crecemos, nos enamoramos, nos juntamos y nos separamos, en el tiempo el regocijo, en el tiempo el dolor. En el tiempo la vida. Y en el tiempo la muerte. Toda nuestra existencia esta condicionada por el Karma (la actividad) y por el tiempo que aflora el Karma.
Kāla le sigue el rastro a todas las criaturas. (…)
Śiva Purāṇa 5.26.2
Al mismo tiempo cuando alguien es miserable, otro es feliz. Maravilloso es, sin
duda, la inescrutable naturaleza de Kāla.
Śiva Purāṇa 7.1.7.17
Todo ser es idéntico, puro, conocedor e inocente (Shuddha, Buddha, Niranjana). Sin embargo, el nacimiento nos diferencia, porque ella -la diferencia- reside en el cuerpo. Algunos nacen saludables y fuertes, otros débiles y enfermos. Algunos para depredar y otros para ser depredados. Entre los humanos nacemos ricos y pobres, sometidos o libres, asentados o errantes; las suertes de los humanos son muchas. Pero estas diferencias no residen ni se originan en el Atman. Su origen, en vez, es el Karma. Las acciones producen los cuerpos y determinan sus condiciones. Y Kala germina, cosecha y almacena la reacción de las actividades. Cuando alguien merece felicidad lo colma de gozo, y a quien amerita dolor, golpea sin piedad. Es por eso que mientras algunos son felices otros están tristes; del mismo modo que al feliz entristece y al triste alegra -a su debido momento.
Nadie muere o es nacido antes de tiempo. Nadie florece bien antes de su debido
tiempo. Nadie es feliz o miserable antes de que el tiempo llegue. No existe objeto que sea atemporal.
Śiva Purāṇa 7.1.7.22
Se dice que el Karma posee tres estados: latente (Sanchita), manifiesto (Kriyamana) y agotado (Paradbha). El tiempo regula dichos estados. Sin Karma no hay Samsara, sin Samsara no hay multiplicidad, y sin ella el Lila, pero por alguna razón todo esto debe suceder - y el tiempo permite que suceda.
(…) La aparición temporal de la felicidad y la aflicción, y su desaparición a su debido tiempo, es como la aparición y desaparición de las estaciones del invierno y del verano.(…)
BhagavatGītā 2.14
Que el tiempo aflore el Karma es una verdad empírica, para saberlo no hay que ser un místico. Pero lo que el místico si puede ver es que el limite entre espíritu y materia es el tiempo. Es más, algunas escrituras describen el nacimiento del Universo como producto de una relación sexual que involucra el tiempo:
‘’Linga-yony-atmika jata ima maheshvari-prajah’’
El vástago de Maheshvari [Parvati] es este mundo, nacido como la corporificación de los genitales masculinos y femeninos.
Brahma Samhita 5.9
El Linga (pene) es Shiva, y el Yoni (vagina) es Parvati, de su unión surge el universo. Para los shaivas, Shiva es Supremo; entretanto para los vaishnavas, Shambho (Shiva) es la visión de Krishna/Vishnu que fecunda la materia. Para los shaktas, por otro lado, es Parvati quien es Suprema. Pero sea como fuere, lo importante es que el espíritu (Purusha) es el principio masculino, y la materia-potencia (Shakti) el femenino. Separados ninguno es efectivo, pues el espíritu es inactivo sin su potencia, y la potencia es infecunda sin el espíritu - además hay que recordar que no son principios separados. Cuando están juntos -y siempre lo están- el espíritu fecunda la materia, y la materia da forma al espíritu; exactamente igual como el espermatozoide se funde con el ovulo para dar nueva vida. En consecuencia, el tiempo es el semen que fecunda el vientre universal, y como resultado surgen los mundos. El Vishnu Purana explica mucho mejor el proceso:
Estos cuatro –Pradhana (materia cruda o primaria), Puruṣa (espíritu), Vyakta (la substancia visible), y Kāla (tiempo)- los sabios consideran son la condición pura y suprema de Viṣṇu. Estas cuatro formas en su debida proporción, son la causa del fenómeno de la creación, preservación y destrucción. (…)
Aquel principio regente (Pradhana), que es la causa indiscreta, es también llamado Prakṛti (naturaleza) por los sabios. Ello es sutil, uniforme, y comprende lo que es y lo que no es (o ambos causa y efecto) es duradero, auto-sustentable, ilimitable, no decae y estable; desprovisto de sonido o tacto, sin poseer color ni forma, investido con las tres cualidades (en equilibrio); es la madre del mundo; (…)
Las dos formas, las cuales no son más que la esencia sin modificación de Viṣṇu, son Pradhana (materia) y Puruṣa (espíritu); y su otra forma, por la cual aquellos dos están conectados o separados, es llamada Kāla (tiempo). (…) La Deidad como Tiempo es sin comienzo; y su fin se desconoce; y por sus revoluciones la creación, mantenimiento, y disolución se suceden sin intermitencia: porque cuando, en la estación anterior, el equilibrio de las cualidades (Pradhana) existe, y el espíritu está separado de la materia, entonces la forma de Viṣṇu la cual es el Tiempo, allí reside.
Viṣṇu Purāṇa 1.2 pág.* 7
El tiempo separa espíritu y materia, al mismo tiempo que sirve de bisagra entre los dos. Con la fecundación del tiempo las tres cualidades (traiguna) -Sattva, Rajas, Tamas- se desequilibran. El desequilibrio implica que una de las tres se vuelve más pujante que las otras y mueve la materia. Así, cuando Rajas impera hay creación y proliferación, con Sattva hay sustentación, y con Tamas resulta la muerte y degeneración. Todo cuerpo -incluyendo astros- sufre estos desequilibrios de las cualidades, en el mismo orden pero en diversos momentos y diferentes velocidades.
Estas tres verdades Purusha, Prakriti y Kala son el padre/madre de todas la cosas. Como es el administrador del Karma y titiritero de las tres cualidades, Kala es el controlador. Nada ocurre a destiempo ni escapa a su dominio. El Tiempo es la voluntad universal. Por último, se dice de Él que es el devorador porque lleva todo fenómeno a su destino: la disolución. La creación y la preservación son vistas como buenas, pero ellas tan solo son medios; la disolución, en cambio, es la verdadera meta y razón del tiempo -de lo cual hablaré en breve.
El tiempo controla las gunas, y las gunas controlan la materia.
7.El Tiempo Mensurable.
Las medidas las hacen los seres humanos, que cada quien mida como quiera. A pesar de que se tienen eventos astronómicos-estacionales como parámetros para medir el tiempo, toda medición del tiempo es subjetiva. Por ende, el tiempo puránico es de interés antropológico, pero no es precisamente valioso para esta disertación que tiende más a lo metafísico-teológico. En efecto, he rechazado el tiempo puránico en sus aspectos más superficiales, por lo que me limitaré a mencionar unas cuantas críticas, sin tener que repetir lo que ya he expuesto en otros escritos.
Las medidas pequeñas, del Trasarenu (el hexátomo)-o el Nimesha (parpadeo)- al Muhurta (la hora) son prácticas pero inconsecuentes. El Ahoratra (día-noche), Paksha (quincena), Masa (mes), Ritu (estación), Ayana (semestre) y Samvatsara (año) son, igualmente, de valor unicamente practico. El hecho de que se hayan adjudicado tiempos auspiciosos y nefastos en estas medidas son superstición, en el peor caso, y regulación cultural, en el mejor -había que asignarle un momento especial a las fiesta, ¿no?. En realidad, para el místico todo tiempo es bueno, y todo tiempo es tiempo de bien.
Las medidas siguientes son más problemáticas: Yugas y Mahayugas (eras), Manvantaras (ciclos de Manv), y Kalpas (eones divinos). Es necesario distinguir entre tiempos ideales (mitológicos), tiempos empíricos y tiempos cíclicos. Entre las cuatro Yugas, solo Kali es empírica por varias razones. La duración de la vida del ser humano en Kali -en torno a los 100 años- es un hecho, mientras que la esperanza de vida de Satya, Treta y Dvapara jamás ha sido una realidad, pues nunca se ha sabido de gentes que superen mucho más de un siglo, y menos aún milenios. Las sociedades de las tres primeras eras son descritas como la sociedad ideal que el típico brahmana del primer milenio d.C. podría imaginarse. Tanto así que se aprende más de la vida en la India en el periodo Gupta (siglos IV al VI) y post-Gupta (siglos VI al X) al leer los Puranas, que de la antigüedad del Subcontinente -menos aún del mundo. Con las épicas (Itihasa), a su vez, se aprende de la memoria que se tenía del periodo védico (1500 - 600 a.C.) en los últimos siglos a.C pero no del pasado profundo. El mundo de las primeras eras es estático y no hay nada más contrario al tiempo que eso. Solo Kali es dinámica; la historia y arqueología presentan la evidencia de su dinamismo. Por consiguiente, Kali se refiere a los tiempos experimentables/perceptibles por el hombre, mientras que las demás son simplemente mitología. Desde Kali imaginamos a Satya, Treta y Dvapara.
Los Manvantaras son también tiempos únicamente mitológicos. Empero sí podemos rescatar algo de los Kalpas, y es su aspecto cíclico. Tanto los Kalpas como los Paras (eon universal) si corresponden a la naturaleza del tiempo, ya que corresponden al proceso de creación-preservación-destrucción del Universo. Por lo tanto, sí hay que rescatar está característica del tiempo puránico: el ciclo, no de la historia ni la sociedad, sino de la naturaleza misma.
Lamento si esto que he dicho afecta la fe de alguno de mis lectores, pero en el camino del sabio-místico nunca se debe avergonzar de la verdad, y lo que he dicho me parece cierto. Que cada quien vea la evidencia de las cosas y juzgue por ellas la verdad, no que intente imponer la creencia a la realidad.
8. El Tiempo Liberador.
Oh Diosa! Este Kāla-cakra correspondiente a la persona moribunda te ha sido
mencionado para el beneficio de los mundos. ¿Qué más deseas saber?
Śiva Purāṇa 5.25.75
El Liberador y el Devorador son Uno. Devorar significa disolver y disgregar. La acción principal del Tiempo es especificamente ello: vivificar y matar. Para la persona inmersa en el cuerpo el tiempo es terrible, pero mi objetivo aquí es ayudar a retirar la venda del lector y ver a la muerte sin temor alguno. Primero, entonces, veamos cómo el Shastra se refiere al tiempo como la muerte y vejez:
Por ende Él, aunque inmortal en Sí mismo, por su despertar y dormitar, constantemente está vitalizando y matando a todo lo móvil y a todo lo inmóvil.
Manu Saṁhita/Manu Smriti/Manava Dharmashastra 1.57
Kāla es la causa de todos los nacimientos. Las plantas crecen y perecen a su propio tiempo. El mundo viviente también llega a la vida.
Śiva Purāṇa 7.1.7.24
Eso [Kāla] se clasifica a sí mismo en los factores de pasado, presente y futuro, y hace que la gente envejezca. Por lo tanto, se enseñorea sobre todo y es extremadamente terrible.
Śiva Purāṇa 7.1.7.4
El tiempo es uno de los pocos conceptos filosóficos que se pueden sentir en carne propia. Si el tiempo no envejeciera ni debilitara el cuerpo, sería de importancia secundaria. Pero como la vida peligra en el tiempo, no hay nada más importante que ello. Este mundo se denomina Martyaloka en las escrituras, cuyo significado es el mundo de los mortales. Por mundo no me refiero al planeta tierra, se trata más bien de un plano de existencia empírico y dominado por el tiempo.
(…) Nadie puede ir más allá de Kāla. Incluso aquellos que atacan y gobiernan la tierra bajo una única sombrilla no pueden pasar más allá de Kāla como el océano que jamás sobrepasa la orilla. Incluso aquellos que restringen los órganos-sentidos y conquistan el universo, no pueden conquistar Kāla. Kāla los abruma. Físicos bien versados en medicinas regularmente toman elixires y afrodisíacos que no ahuyentan la muerte. Kāla es de facto intransgredible. El alma individual propone algo basada en sus glorias, belleza, conducta, fuerza y linaje pero Kāla dispone. (…)Kāla une y separa todas las cosas.
Śiva Purāṇa 7.1.7.11-16
Quien gobierna la tierra bajo una sombrilla es un Cakravartin, un titulo dado a los señores del mundo. Estos señores son los reyes, los ricos y los poderosos, pero ninguno supera la muerte, Kala los reclama a todos. Ni siquiera el Yogi que restringe los sentidos o el Místico que conquista el universo vence a la muerte. Abundan historias en el imaginario popular de Yogis que viven por cientos, incluso miles, de años, pero no hay ningún caso comprobado. La Naturaleza del tiempo hace necesario que dichas historias sean solo eso: relatos (mythos). La mitología propone a los Ciranjivi, los inmortales, algunos son formas de Dios: Parashurama y Krishna-dvaipayana-vyasadeva (Vishnu), Hanuman (Shiva) y Ashvathama (Rudra). Pero siendo el tiempo tan real y las figuras mitológicas tan inverosímiles, es seguro decir que ningún ser corporificado vencerá a la muerte (Kala).
Un hombre joven se transforma en un enclenque hombre envejecido. Un hombre poderoso se vuelve débil. O brahmanes los caminos de Kāla son maravillosos. Ni un nacimiento entre la nobleza, ni la buena conducta, ni la fuerza ni la habilidad sirven de algo. Kāla no puede ser ahuyentado. Kāla es imparcial en su actividad (…)
Śiva Purāṇa 7.1.7.18-20
La invencibilidad de la muerte ha sido probada, no por mí, sino por la naturaleza misma. Con todo, lo que sí se puede vencer es el pavor a la muerte. ¿Quién es el que realmente muere? Es el cuerpo (Sharira) y la identidad artificial (Ahamkara). Ni el cuerpo, ni el nombre, ni la identidad son la naturaleza de los seres vivos. Su naturaleza es el Atman y este no conoce la muerte.
Aquello que permea el cuerpo entero, debes saber que es indestructible. Nadie puede causar la destrucción del Alma Imperecedera.
Bhagavad Gita 2.17
Como el cuerpo no es natural al Alma, ningun Alma merece estar atada a él eternamente. Cada forma de vida es un limitante y condición al Alma inconmensurable, así que la muerte libera al Alma de la superimposición. El ser se libra de ser planta, insecto, animal, deidad, demonio e incluso de ser humano cuando muere. Hay una historia puránica en la que Indra, Dios del Cielo, encarnó en un cerdo, y siendo cerdo no quería dejar su cuerpo animal, incluso si en realidad era el Rey de los Dioses. El instinto y la ignorancia nos hacen apegarnos innecesariamente al cuerpo, destinado a desaparecer. El problema, entonces, no es morir sino nacer otra vez.
El Karma, del que ya hemos hablado es lo que obliga a la repetición de nacimientos y muertes, y es el tiempo quien nos mueve en ellos. Pero el tiempo también aniquila el Samsara de la siguiente manera: Cuando el continuo movimiento entre una vida y otra se hace intolerable, entonces el ser encarnado -en un cuerpo lo suficientemente capaz, dígase humano- procura saber que hay más allá de vivir y morir. Ver el mundo es ver las cosas cambiar, pero observar al interior es ver el Ser que nunca cambia. El actuar del tiempo desvela al mundo como imposible, como irreal, pues todo nace y muere. Pero la naturaleza del Ser (Atman) no es nacer ni morir, sino existir inmutablemente. Quién así lo descubre se encamina en el camino de la liberación.
El tiempo efectúa tres disoluciones (Pralaya): Naimittika (incidental), Prakritika (natural) y Atyantika (definitiva). Las primeras dos son de carácter cósmico/escatologico y la última es soteriologica. Naimittika y Prakritika han sido descritas en mi tesis de grado, pero escapan al proposito de este escrito. Atyantika-pralaya es la que nos interesa, en ella se comprende el Tiempo:
Él, quien correctamente entiende el principio de Kāla, va más allá y ve aquello que está allende de Kāla.
(Śiva Purāṇa 7.7.25)
El hombre sabio, habiendo investigado las tres miserias materiales o aflicciones
mentales y corporales, y habiendo adquirido verdadera sabiduría, y desapego por los objetos de los humanos, obtiene la disolución final.
(Viṣṇu Purāṇa 6.5 pág. 11*)
La disolución causada por el amanecer del conocimiento espiritual se dice que es la última (Atyantika), ya que torna imposible las semillas (causas) de Saṁsara.
(Vāyu Purāṇa 2.38.134)
Una vez todo sufrimiento, deseo, cuerpo, mente y falsa identidad ha sido quemado por el conocimiento, el tiempo arde por último en él. La acción del tiempo dio a entender la transitoriedad del mundo opuesta a la naturaleza estable del Alma. ¿Y qué hay más allá cuando Kala se calcina? No puede la mente ni imaginar. Más allá está la verdadera Vida, sin muerte y sin tiempo. Los mundos de Brahman son inescrutables. La Realidad, el Ser y Dios son Sat-Cid-Ananda (Eternos-Sabios-Felices). Esto es lo que verdaderamente significa ser devorado por el tiempo: lo temporal acaba y lo inmortal reluce verdaderamente. El tiempo devora a las criaturas, pero su Alma devora al tiempo. De las cenizas surge la libertad, de ella se dice:
Ahora ellos habitan solo en el Ātman. Ellos están en descanso (inactivos) y dotados de verdadera visión. Todos ellos son puros, libres de culpa y están en un estado consciente o inconsciente.
(Vāyu Purāṇa 2.40.44)
Aquello que los vedantistas describen como no manifiesto e infalible, aquello que se conoce como el destino supremo, ese lugar del que, después de llegar a él, nunca se regresa, ésa es Mi morada suprema.
(Bhagavad Gītā 8.21)
Cada ser tiene un último tiempo: Mukti (liberación). Para describir lo que sigue después de la ultima disolución, de la libertad del Alma y la Verdadera existencia, me fallan las palabras. Lo único que puedo hacer es rogar por conocer y maravillarme en mi Señor.
¡Gloria al Creador, aquel que es Espíritu, Tiempo y Materia, Aquel por quien los universos llegan a ser y dejan de ser, el Señor de la Criaturas, el Fuego Sempiterno en el que se cocina el Tiempo! Pueda todo Ser conocerte, pueda todo ser ser devorado por Ti, y pueda todo Ser devorar el Tiempo. ¡Gloria al hogar, Gloria a Brahman, Gloria a Atman!
Bibliografía.
- Anónimo. Rig Veda. Recuperado el 29 de Noviembre de 2019 de
- Bhaktivedanta Sarasvati Thakur. Sri Brahma Samhita. Recuperado el 5 de Marzo de 2024 de https://krishnapath.org/media/eBooks/bs/Sri-Brahma-Samhita.pdf
- Bhaktivedanta Svami Prabhupada, A.C. (1972-1977). Srimad Bhagavatam
(Bhagavata Purana). Cantos 1, 2, 3, 5 y 12. Recuperado el 29 de noviembre de
- Bhaktivedanta Svami Prabhupada, A.C. (1968). El Bhagavad Gita tal como es. The
Bhaktivedanta Book Trust International, Inc.
- Bustos, John. (2019) Kalā śāstraśca: el tiempo y la escritura sagrada en el hinduismo. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia.
- Dutt, M.N. (1909). Manu Samhita. Calcutta: Society for the Resusitation of Indian
Literature.
- Mukundananda Svami. Bhagavad Gita: the Song of God. Recuperado el 5 de Marzo de 2024 de https://www.holy-bhagavad-gita.org/
- Nath Chakravorty, H. (1982). The Narada Purana. Vol. 1-5. Delhi: Motilal
Barnasidass Publishers.
- Nikhilananda Svami. English translation of the Chhandogya Upanishad.
- Pandit Sri Rama Ramanuja Achari. Shukta Sangraha.
- Sarvananda Svami. El Mandukya Upanishad. Buenos Aires: Editorial Hastinapura.
(2003).
- Shankar Prasad, Hari. (1992). Time in Indian Philosophy: a colletion of essays.
Delhi: Sri Satguru Publications.
- Tagare, G.V. (1987). The Vayu Purana. Vol. 1-2. Delhi: Motilal Barnasidass
Publishers.
- Traducido por un Taluqdar de Oudh. (1916). The Matsya Puranam. Vol. 1-2
Allahabad: The Panini Office.
- Translated by a Board of Schoolars. (1950). The Shiva Purana. Vol. 1-4. Delhi:
Motilal Barnasidass Publishers.
- Whitney, W.D. (1905). Atharva-veda Samhita. Vol 1-2. Cambridge, Massachusetts:
Published by Harvard University.
- Wilson, H.H. (1840). The Vishnu Purana. Vol. 1-6. London: By John Murray,
Albemarle Street.
Comments