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La escritura sagrada del Sanātana Dharma: el Veda y su diversificación.

  • Foto del escritor: Narayana Putra
    Narayana Putra
  • 27 may 2022
  • 19 Min. de lectura





1.Introducción.


Así como un fuego encendido con leña mojada despliega diversos tipos de humo, así, mi querido, el Ṛg Veda, Yajur Veda, Sāma Veda, Atharvāvangirasa [Atharva-veda], Itihāsas, Purāṇas, artes, Upaniṣads, versos, aforismos, elucidaciones, explicaciones, sacrificios, oblaciones en el fuego, comida, bebida, este mundo, el otro y todos los seres son el aliento de esta realidad infinita. Ellos son el aliento [respiro] de este Ser Supremo.


(Bṛhadāraṇyaka Upaniṣad 4.5.11)


El Sanātana Dharma, mejor conocido como Hinduismo, es el principal conjunto de tradiciones religioso-filosóficas del sur de Asia. Digo principal conjunto porque, a diferencia de otras tradiciones religiosas tal como las Abrahámicas, no existe un único fundador ni un único dogma en el Sanātana Dharma. Al contrario, se trata de un sistema internamente diverso y de gran pluralidad, en donde conviven escuelas, credos, linajes y filosofías que conforman un colorido mosaico de prácticas religiosas. Dicho mosaico presenta casi en su totalidad toda la escala de tonalidades, abarcando posturas tan opuestas como el Sāṃkhya no-teísta hasta el fervoroso teísmo Vaishnava, o desde el monismo del Advaita-vedānta hasta el más marcado dualismo de la escuela Dvaita-vedānta.


Entonces, ¿Qué tienen en común todas estas posturas y escuelas? Aquellas tradiciones que se consideran ortodoxas reconocen 4 principios fundamentales que son: Śāstra o Veda (escritura), Karma (ley de acción-reacción), Samsara (transmigración del alma) y Mokṣa (liberación final) -el quinto principio (Iśvara) no es universalmente aceptado. Este artículo, por lo tanto, se enfocará tan solo en el primero de estos principios, es decir, en la escritura sagrada.


Esta escritura sagrada también refleja la pluralidad del Sanātana Dharma, y por ello, existen cientos de textos de carácter sacro. Si bien, los varios textos contienen diversas conclusiones, al menos en la externalidad, existe una unidad en la esencia básica de sus contenidos. Esto se debe a que se puede rastrear una genealogía literaria a una única fuente de inspiración, la cual, con el actuar del tiempo se ramifica y diversifica. Esta raíz originaria se trata del Veda –voz sánscrita para ‘’conocimiento’’- de la cual se derivan, de una u otra forma, los demás Śāstras (escrituras). Veamos entonces como se manifiesta este Veda, con sus distintos cuerpos, apéndices, comentarios y auxiliares.

2. El Oṃkara: la revelación por medio del sonido.


‘’Todo este mundo es la silaba Om. (…)’’


(Māṇḍūkya Upaniṣad 1).


Toda escritura del Sanātana Dharma puede rastrearse en los ecos de la silaba primordial; puesto que, antes de que existiera el texto existió el mantra, y antes de ser el mantra fue el Oṃkara o silaba AUM. La sonoridad es un aspecto primordial en esta cuestión, ya que aunque escritas para ser preservadas, estas escrituras sagradas deben aprenderse de los labios de un maestro (Müller, Max. 1859. Pág. 502), y su potencia reside en su recitación y no en su redacción. Esto se debe a que en la epistemología hindú el sonido corresponde a uno de los Pramanas (evidencias del conocimiento) conocido como Śabda o la palabra hablada de una fuente confiable. Por ejemplo, si se sabe que una persona estuvo presente durante un acontecimiento, se confía que su testimonio es verídico, pues se basa en su experiencia directa. De tal manera, la escritura sagrada se remonta hasta autoridades experimentadas, que reciben el nombre de Ṛṣi.


Estos Ṛṣi, o antiguos videntes, fueron capaces de acceder a estados superiores de percepción a través de la excitación de la vibraciones sonoras. Según las suposiciones teóricas del Sanātana Dharma: el Éter (Akāśa) es uno de los nueve bloques de la creación (Dravyas) (Vaiśeṣika Sūtra 1.1.5) y se cuenta como el más elevado de los cinco elementos (Bhuta) -Éter, Aire, Fuego, Agua y Tierra. La propiedad sutil del Éter (Tanmātra) es el sonido. De acuerdo a la teoría Śakta Sāṃkhya, en el momento de la creación, el Mahat, el principio primordial, da lugar al ego cósmico (Bhūtādi), y este a su vez genera el Éter. De este último se decantan los demás elementos, cada vez más burdos (o tangibles). El Éter se percibe por el oído, el Aire por el oído y el tacto, el Fuego por el oído, el tacto y la visión, el Agua por el oído, el tacto, la visión y el sabor, y finalmente la tierra por el oído, el tacto, la visión, el sabor y el olfato. Por lo tanto, al agitar el Éter se agitan los demás elementos, y con ellos los sentidos, lo que posibilita modificar la percepción.

De igual manera, el momento cero de la creación hace eco por medio del Éter en un sonido monosilábico. Este eco es la famosa silaba AUM. Cómo fue descubierta esta silaba por los antiguos Ṛṣi es desconocido, pero fue a través de ella que lograron excitar el Éter y así obtener una experiencia mística. El Ṛg Veda 1.71.2 así lo confirma: ‘’Nuestros padres con el sonido (…) nos hicieron un camino para alcanzar el alto cielo.´´


Para explicar aquello que fue percibido en este particular tipo de experiencia es necesario resaltar un punto clave de la filosofía del Sanātana Dharma. Aquí se considera la existencia paralela de dos planos, siendo uno un subproducto dependiente del otro. El primer plano es una realidad sub y supra yacente que está más allá de los sentidos. El segundo es una ilusión manifestada que se percibe por medio de los sentidos; sin embargo, este se sustenta del primero, como un tipo de reflejo. Esta dicotomía se denomina en los conceptos de Brahman - Māyā, o Puruṣa - Prakriti, que en nuestro idioma puede expresarse como la relación Espíritu-Materia.


Los textos sagrados describen cuatro estados de percepción, tres de ellos sensitivos a la materia y uno de ellos al espíritu. En la sílaba AUM se manifiestan estos cuatro estados:


Este Ātman descrito anteriormente debe ser identificado con Om cuando Om es considerado como una sílaba simple. Cuando Om es considerado como compuesto de partes, (AUM), los cuartos de Ātman deben ser identificados con las partes y las partes con los cuartos. Las partes de Om son “A”, “U” y “M”. [En la escritura Devanagari AUM se compone de una variante de la vocal compuesta औ (AU) ,que es la prolongación de la vocal ओ (O), más el diacrítico ँ (Anushvara o nasalización pura) creando la silaba ॐ (AUM), que se dibuja en cuatro trazos.].


(Māṇḍūkya Upaniṣad 8)


Los cuartos descritos en el anterior verso, que componen AUM, son: ‘’A’’ la vigilia, en la que experimentamos el mundo a través de los sentidos, ‘’U’’ el sueño, en el que la mente experimenta los vestigios del primer estado, y ‘’M’’ el sueño profundo, en donde no hay experiencia alguna. Sin embargo, AUM leído como un todo corresponde al cuarto estado y al Ātman, es decir al espíritu. Este cuarto estado se identifica como la experiencia mística en el cual se percibe lo que de otra manera sería completamente inaccesible, pues no depende de los sentidos en absoluto. Las Upaniṣad describen este estado como: ‘’trascendental, vacío de existencia fenoménica, de suprema bienaventuranza y no dual. (…) ‘’ (Māṇḍūkya Upaniṣad 12).


Al meditar en el Oṃkara la mente de los antiguos sabios se tornó en un receptáculo de conocimiento incausado, epifánico y en últimas sagrado. Al procurar expresar este conocimiento surgió la composición, normalmente adornada poéticamente, conocida como mantra. Por lo tanto, el conocimiento o Veda pasa de un estado inefable de comprensión, que no posee idioma alguno, a un mantra expresable en una lengua humana (en este caso el sánscrito). Así pues, el mantra es producto de la inspiración de los videntes-poetas en cuanto a composición se refiere, pero su contenido más profundo es Apauruṣeya o no creado por la mente humana. El Mantra, en consecuencia, permite racionalizar la experimentación de lo sagrado, como lo confirma el siguiente verso:

Oh Sūrya, los Veda-mantras fluyen de ti, tu eres el eje de los Veda-mantras, tu eres el receptáculo de los Veda-mantras. Esta vasta tierra nace por el mantra; por el mantra esta vasta región central nace. (El mantra) sostiene a la tierra, y al cielo con todos los dioses. Pueda yo retener lo que sé. Jamás pueda el Veda apartarse de mí.


(Taittiriya Āraṇyaka 4.42.34)


De esta manera, el Veda surge del AUM y todas sus posteriores ramificaciones pueden rastrearse a esta fuente original en donde se comprime no solo el texto religioso sino la totalidad de la creación, encapsulada en el sonido:

La esencia de las cosas es la tierra; la esencia de la tierra es el agua; la esencia del agua son las plantas; la esencia de las plantas son las personas; la esencia de una persona es el habla; la esencia del habla es el Ṛg-veda; la esencia del Ṛg es el Sāma-veda; la esencia del Sāma es el Udgitha el cual es Om.


(Chhandogya Upaniṣad 1.2)



3. Śruti: El Veda.


Hasta este punto, los mantras revelados a los Ṛṣi existían únicamente de manera oral, sin ser clasificados ni recolectados. Al pertenecer a la sonoridad exclusivamente, el Veda recibió el nombre de Śruti o aquello que fue escuchado (revelado); de hecho, este término es un participio del verbo escuchar (Śravana). Este Śruti por consiguiente:


‘’Es un logro el cual (…) no fue el resultado de un desarrollo conceptual, de una aproximación especulativa, sino de una búsqueda y experiencia mística la cual trasciende la capacidad cognitiva normal del hombre en su vida diaria.’’ (Werner, Karel. 1977. Pág. 232)


La noción de temporalidad del Sanātana Dharma consiste en un agregado de ciclos grandes y pequeños que se contienen entre sí, según su tamaño, y que actúan como los engranajes de un reloj mecánico, en el cual cada engranaje gira a su correspondiente velocidad y contribuye a la moción del mecanismo como un todo (Bustos, John. 2019. Pág 52). Uno de estos ciclos -muy relevante para el asunto en cuestión- es el de los Yugas: en donde, según sea la interacción del tiempo con las modalidades de la materia (Guṇa) -a saber Sattva (virtud), Rajas (pasion) y Tamas (ignorancia)- se generan Eras con cualidades diferentes. Estas Eras o Yugas se alternan constantemente y en ellas se renueva, preserva y degenera la manifestación material. La revelación del Veda se da en un tiempo remoto e ideal, conocido como Satya-yuga -La primera en un ciclo de cuatro eras-, pero conforme a la erosión del tiempo, se pierde la capacidad de comprenderlo y retenerlo solamente usando la memoria.


Por consiguiente, finalizando la era de Dvāpara-yuga -La tercera en un ciclo de cuatro-, la memoria humana se torna ineficiente como para retener el Veda, por lo que el sabio Kṛṣṇa Dvaipāyana Vyāsadeva -quien es Nārāyaṇa mismo (Viṣṇu Purāṇa 3.3)- pasó por escrito el Veda y lo clasificó en cuatro porciones para facilitar su entendimiento a las personas de cuarta era (Kali-yuga):


Al ver la piedad y los ritos religiosos siendo (progresivamente) reducidos (en calidad y cantidad) de Yuga a Yuga (sucesivamente) el destructor de Madhu (El Señor Viṣṇu) asumiendo la forma de Veda-Vyāsa clasificó los Vedas.


(Nārada Purāṇa 1.1.17)


Así pues, el gran sabio Vyāsadeva, quien es muy bondadoso con las masas ignorantes, editó los Vedas de manera que pudiesen ser asimilados por los hombres poco intelectuales.


(Bhāgavata Purāṇa 1.4.24)

Como ya mencionó anteriormente el Chhandogya Upaniṣad, el origen del Veda yace en el Udgita, del cual evoluciona Chhanda y Mantra (himnos). Durante la época de Satya-yuga, los himnos fueron revelados y compuestos sin hacer parte de una compilación, ya que el Veda se manifiesta gradualmente. Si aquella revelación fue independiente o si existió coordinación entre los antiguos Ṛṣi es algo que se perdió en los ecos del tiempo. Max Müller (1859. Pág. 463) reconoce 10 familias de Ṛṣis como los autores de los himnos védicos: Agastyas., Āngirasas, Atreyas, Bhārgavas, Bādhryaśvas, Jāmadagnyas, Kāṇvas, Kāśyapas, Vāśiṣthas y Viśvamitras. Lo que si es evidente, es que antes de la época de Vyāsadeva la revelación ya estaba completa, aunque permanecía inconexa.


Vyāsa, por lo tanto, clasificó los himnos según su utilidad en el Yajña (sacrificio). Inicialmente las porciones del Veda fueron tres: Ṛg, Sāma, y Yajur (Viṣṇu Purāṇa 3.3). El Ṛg-veda o conocimiento de los versos, contiene la colección de himnos sagrados. El Sāma-veda abarca las melodías del los himnos. Y el Yajur-veda relata las formulas para preparar el sacrificio, este Veda se divide en dos versiones: Blanca -organizada- (Śukla) y Negra -desorganizada- (Kṛṣṇa). Con todo, posteriormente se agregó una cuarta porción necesaria también para el Yajña conocida como Atharva-veda, ya que incluye formulas mágicas para proteger el sacrificio. Sin embargo, este último Veda no se limita a la liturgia sino que sus formulas se aplican a contextos no sacros igualmente.


Cada uno de los Vedas representa el campo de conocimiento de los cuatro tipos de sacerdotes que participan en el Yajña. Los versos del Ṛg son la responsabilidad del Hotṛ, quien oficia el sacrificio y ofrece la libación. Las melodías del Sāman son entonadas por el Ugādtṛ - también llamado Chhandoga. Con el Yajur el sacerdote Adhvaryu prepara el campo y el altar sacrificial. Finalmente, el Brāhman (no confundir con la casta) es quien preside el sacrificio, por ello, el debe conocer todos los tres Vedas anteriores más el Atharvan a fin de proteger el Yajña y corregir cualquier error producido.


El número cuatro es un número importante, pues representa la transición del estado unificado al estado manifiesto, ordenado y en equilibrio. Así pues de un Veda se pasa a cuatro -del mismo modo evolucionan los Purāṇas (1-4-18), de esto hablaré más adelante-, tal como existen cuatro direcciones y tal como el Creador (Brahmā) posee cuatro rostros. De hecho, la tradición puránica adjudica la recitación original de los cuatro Vedas a Brahmā por cada una de sus bocas (Vāyu Purāṇa 1.1.54 y Padma Purāṇa 1.1.50).


Volviendo a Vyāsadeva, el cambio fundamental que él aplicó al Veda fue pasarlo de la oralidad a la escritura. Si nos dislocamos por un momento de la tradición hindú, la historia y la arqueología confirman el carácter oral inicial de los Vedas. Los cuatro Vedas fueron compuestos durante el periodo védico (1500 a.c. - 500 a.c.), especialmente durante su etapa temprana (1500 a.c. -1000 a.c.). Con todo, en aquella época no existía la escritura el en Sub-continente hindú, puesto que para la llegada de los pueblos Arya (entre el 2000 a.c. -1500 a.c.), la escritura de la civilización del valle del Indo (3000 a.c. al 1500 a.c.) ya se encontraba en su declive final. La escritura, por ende, estuvo ausente por siglos en la antigua India, hasta los tiempos de los Maurya (sigo IV a.c.), más específicamente hasta el reinado de Aśoka Maurya (siglo III a.c.), en donde se atestigua por primera vez la escritura Brahmi - sin embargo, la escritura Karoṣṭhī de Gandhara (norte de Pakistan) es solamente un poco más antigua.


De tal manera, los Vedas permanecieron oralmente durante siglos hasta que la re-introducción de la escritura en el subconsciente permitió su total preservación. Aunque las tradiciones orales son muy susceptibles al cambio, es resaltable que los Vedas se mantuvieron casi intactos, no solo en la composición sino también en la musicalidad y prosodia, durante tan largo tiempo, debido al rigor con que debían ser memorizados y puestos en practica.

Las cuatro porciones principales del Veda reciben el nombre de Saṃhitā, o compilación, pero existen otras tres subdivisiones adjuntas a ellas. El primer tipo de estos textos dependientes se conoce como Brāhmaṇa. Los Brāhmaṇas contienen comentarios acerca del sacrificio que no están presentes en el Saṃhitā pero necesitaban de elaboración adicional. Esto en parte explica su rasgo más característico: están escritos en prosa y no en verso. No obstante, su contenido no se limita a comentar el sacrificio, ya que algunos contienen elucidaciones filosóficas o relatos mitológicos. Los Brāhmaṇas están asociados a un Veda en particular y a una recensión en especifico, estas recensiones se conocen como Śākhās (ramas) que consisten en una versión e interpretación definida del Veda al que pertenecen. De esta manera se relacionan los Brāhmaṇas a su Veda y Śākhā especifica:


Ṛg-veda: 1. Aitareya 2. Kauśitaki.


Sāma-veda: 1. Pañcaviṁśa 2. Saḍvimṣa 3 Arśeya 4. Daivata 5. Chhandogya 6. Jaiminiya.


Kṛṣṇa Yajur-veda: 1. Maitrayani 2. Katha 3. Kapisthalakatha 4. Taittirya.


Śukla Yajur-veda: 1. Śatapatha Brāhmaṇa.


Atharva-veda: 1. Gopatha.


Adjuntos a los Brāhmaṇa se encuentran los Āraṇyakas, que significa libros del Bosque. En ellos se ahonda más en los aspectos filosóficos y especulativos, apenas mencionados en los Brāhmaṇas. En tanto, estos textos no están dados para los sacerdotes, sino que como su nombre lo indica, son la porción preliminar del conocimiento impartido a aquellos que se retiran al bosque. El sacrificio es un acto tanto religioso como social, pero el contenido del Āraṇyaka ya no es social, sino religioso-especulativo. Algunos Āraṇyakas se relacionan de la siguiente manera al Brāhmaṇa y Saṃhitā:


Ṛg-veda: 1. Aitareya 2. Kauśitaki.


Sāma-veda: 1. Talavakara.


Yajur-veda: 1. Taittirya 2. Katha 3. Maitranyaiya 4. Bṛhadāraṇyaka.


Atharva-veda: 1. Desconocidos.


Finalmente, la capa más profunda del Veda se denomina Upaniṣad, que significa: el conocimiento otorgado sentado cerca al preceptor. Las Upaniṣad conforman la sabiduría más confidencial del Veda, por ello, reciben el nombre de Vedanta o la finalidad del Veda. Estos textos son puramente filosóficos, dejando atrás toda religiosidad -ritualismo-, si bien se preocupan principalmente en la metafísica y la ontología. Si el Veda es el Amṛta, el néctar de la inmortalidad, las Upaniṣad son su porción más dulce y deliciosa. El conocimiento en ellas impartido es Brahma-jñana, es decir, acerca del Absoluto, del Ātman el Ser, y de la relación entre ambos.


Solo las Upaniṣad más antiguas son realmente consideradas Vedanta, por lo que su autoridad es absoluta. Por ello, se considera que son la primera de las tres evidencias del Vedanta (Prasthānatrayī). Ellas reciben el nombre de Mukhya Upaniṣad, y se relacionan al Saṃhitā, Brāhmaṇa y Āraṇyaka de la siguiente manera:


Ṛg-veda: 1. Aitareya upaniṣad 2. Kauṣītaki upaniṣad.


Sāma-veda: 1. Chhandogya upaniṣad 2. Kena upaniṣad.


Kṛṣṇa Yajur-veda: 1. Kaṭha upaniṣad 2. Taittiriya upaniṣad 3. Śvetaśvatara

Upaniṣad 4. Maitrāyaṇīya upaniṣad.


Śukla Yajur-veda: 1. Bṛhadāraṇyaka upaniṣad 2. Iśa upaniṣad.


Atharva-veda: 1. Māṇḍūkya upaniṣad 2. Muṇḍaka upaniṣad 3. Praṣna upaniṣad.


Todos las 13 Mukhya Upaniṣad fueron compuestas en el periodo védico tardío, pero más Upaniṣad continuaron siendo compuestas hasta tiempos más recientes, evidenciando características de la posterior religión puránica. Estas Upaniṣad tardías se clasifican según su contenido. Tres de estos tipos se caracterizan por la preeminencia de una deidad en especifico, siendo: Vaiṣṇava upaniṣads enfocadas en Viṣṇu, Śaiva upaniṣads enfocadas en Śiva, y Śākta upaniṣads enfocadas en Devi. Los otros tres tipos son: Yoga upaniṣads cuyo nombre implica su enfoque, Saṃnyāsa upaniṣads cuyo énfasis es la orden de renuncia, y Sāmānya upaniṣads que discuten temas varios.


Así pues, la lista total de Upaniṣads reconocidas aumenta hasta 108 -el número sagrado del Sanātana Dharma. La Muktika upaniṣad contiene aquella lista en los versos 1.1.30-39, comenzando por la Iśa upaniṣad (1) y terminando en la Muktika upaniṣad (108), por ello reciben el nombre del canon Muktika. No obstante, existen más Upaniṣads fuera de este canon, de reconocimiento limitado y autenticidad dudosa.



4. Vedāṇgas y Upavedas: apéndices y auxiliares del Veda.

Existen textos auxiliares del Veda, sus apéndices, que no se consideran Śruti, pero importantes en tanto que son otras ramificaciones del conocimiento, si bien de carácter secular. El tronco del Veda que originalmente es uno, se clasifica en 4, y posteriormente se diversifica en 18 ramas como si fuera un árbol de la sapiencia según el Viṣṇu Purāṇa 3.6. Adicionalmente a los 4 Vedas el Viṣṇu Purāṇa menciona:


A. Los 6 Vedāṇgas: significan literalmente, los cuerpos o apéndices del Veda. Ellos son:

1. Śikṣā o fonología.

2. Kalpa o ritual.

3. Vyakāraṇa o gramática.

4. Nirukta o etimología.

5. Chhandas o la métrica.

6. Jyotiṣa o astrología.


B. Otras ramas del conocimiento:


1. Mīmāmsā o sistema interpretativo del Veda.

2. Nyāya o la lógica.

3. Dharma-śāstra o códigos legales.

4. Itihāsa-purāṇa -de esta rama hablaré más adelante.


C. Upa-vedas: significan vedas menores o seculares, ellos son:


1. Ayur-veda o medicina.

2. Danhur-veda o artes marciales (arquería en especial).

3. Gandarva-veda o teoría musical.

4. Artha-śāstra o ciencias económicas.


5. Smṛti: Itihāsa-purāṇa.


La palabra Smṛti es un participio del verbo Smaraṇa (recordar), por ende, se refiere a un género literario de aquello que es recordado, ergo, es de autoría humana. A pesar de ello, en el hinduismo actual, su importancia no es secundaría al Veda; en cambio, estos textos están a la par del mismo o lo opacan. La razón yace en que los Vedas son textos reservados a la casta Brahminica -o sea, a la elite intelectual- mientras que los Smṛti son libros populares, asequibles a los cuatro Varnas (castas). Además, su uso no se limita -ni se relaciona- al sacrificio, sino que son recitados en público, ante una audiencia diversa y no especializada. Por tanto, los practicantes del Sanātana Dharma están más familiarizados con este género, al cual, de ahora en adelante llamaremos: Itihāsa-purāṇa.


Itihāsa-purāṇa es la fusión de dos tipos de literatura separados, pero semejantes: el Itihāsa (la historia tradicional) y los Purāṇas (el corpus mitológico). Con todo, se agrupan en un solo término para ser clasificados como el quinto Veda:


Las cuatro divisiones de las fuentes originales del conocimiento [los Vedas] se pusieron por separado. Más los hechos históricos [Itihāsa] y las historias auténticas que se mencionan en los Purāṇas, se denominan el quinto Veda.


(Bhāgavata Purāṇa 1.4.10)


Son el quinto Veda, en tanto que se constituyen como colecciones de conocimiento. Sin embargo, el conocimiento del Itihāsa-purāṇa no es exclusivamente religioso, filosófico o espiritual, pues también contiene grandes porciones de contenido secular. Otra evidencia de su papel como el quinto Veda, yace en la división y transmisión del conocimiento, en general, hecha por la máxima autoridad humana, en cuanto a la sapiencia védica se refiere: Vyāsadeva.


Después de que los Vedas fueron divididos en cuatro partes, Paila Ṛṣi se convirtió en el profesor del Ṛg Veda, Jaimini se convirtió en el profesor del Sāma Veda, y únicamente Vaiśampāyana llegó a ser glorificado por el Yajur Veda. Al Sumantu Muni Aṅgirā se le confió el Atharva Veda, al cual se consagró muy seriamente. Y a mi padre, Romaharṣaṇa, se le confiaron los Purāṇas y los registros históricos.


(Bhāgavata Purāṇa 1.4.21-22)


Romaharṣaṇa -escrito alternativamente como Lomaharṣaṇa- no pertenecía a la casta Brahminica, como los otros 4 discípulos de Vyāsa, en su lugar, su Jāti (casta-nacimiento) era la de un Sūta (bardo). Por consiguiente, se le confirió la responsabilidad de preservar y transmitir el conocimiento antiguo, que estrictamente no es védico -pero igualmente es relevante. Los dos grandes Sūta de la tradición son Romaharṣaṇa y su hijo Ugraśravas. Así pues, el Itihāsa-purāṇa fue cantado por los Sūtas primeramente, y posteriormente por figuras (de profesión) derivadas tales como el Paurāṇika y el Bhaṭṭa.


La palabra Itihāsa literalmente significa ''esto así pasó'', en consecuencia sus autores son, normalmente, contemporáneos a los eventos descritos en el texto. Los dos Itihāsas más importantes son el Rāmāyana y el Mahābhārata. El Rāmāyana fue escrito por el sabio Vālmīki, y relata la gesta de Rāma, Avatāra de Viṣṇu. Sus eventos se sitúan en la era de Tretā-yuga. Por otro lado, el Mahābhārata fue escrito por Vyāsa, y describe las aventuras de los Pāṇḍavas y la devastadora guerra de Kurukṣetra. Los eventos en él narrados pertenecen a la era de Dvāpara-yuga.


Así como los Vedas contienen una porción confidencial -las Upaniṣad-, el Mahābhārata posee una sección semejante: la Bhagavad Gītā. Ella recuenta la conversación entre Arjuna y Kṛṣna, en la cual se revelan los varios tipos de Yoga y la naturaleza del Supremo. Consecuentemente, la Bhagavad Gītā es considerada como la tercera de las tres evidencias vedánticas (Prasthānatrayī).


La palabra Purāṇa significa ''antiguo'', este genero literario es mucho más difícil de definir debido a la diversidad interna de su contenido. Decir que los Purāṇas son solamente la colección mitológica del hinduismo, seria representar solo una cara de un fenómeno de muchas facetas. De acuerdo a Dimmitt y van Buitenen (1978. Pág. 5-6) los Purāṇas son literatura estratificada y de carácter enciclopédico, puesto que contienen material tanto reciente como antiguo, además de recopilar saberes muy distintos, tales como: Bhakti (devoción), Līlā (obras-pasatiempo divinas), geografía, ritualismo, astrología, guías de peregrinación, Māhātmya (glorificación), etc.


Sin embargo, la definición básica de un Purāṇa se denomina Pañchalakṣaṇa (las cinco características), las cuales son: La creación (Sarga), la creación secundaria(Pratisarga), las genealogías (Vaṃśa), los Manvāntaras (la sucesión de Manus) y las genealogías de los reyes (Vaṃśa nucarita), de acuerdo al famoso glosario Amara-Kośa, también llamado Nāmaliṅgānuśāsanam. Estas cinco características son representativas de los Purāṇas más antiguos, tal como el Viṣṇu Purāṇa el Vāyu-Brahmaṇḍa Purāṇa -El Vayaviya (Vayu) Purana y el Brahmanda Purana fueron uno solo en las etapas iniciales de la literatura puránica. Aquellas características se duplican según el recuento puránico propio de los textos más recientes, por ejemplo, el Brahma-vaivarta Purāṇa (4.133-1-17) menciona las siguientes: creación, preservación, destrucción (Naimittika pralaya), Karma (la acción), Līlā, Manvāntara, Mokṣa (redención), elogios de Hari, disolución (Prakṛitika pralaya), y cualificaciones de los distintos Dioses.


Un concepto clave en la tradición puránica es el de preceptor, o sea, aquel quien por primera vez relató el conocimiento puránico. Cada Purāṇa reconoce a su preceptor original como la fuente autoritativa - divina de la cual se deriva su contenido. Los preceptores de los principales Purāṇas son los Dioses: Agni, Viṣṇu (también en las formas de Kṛṣṇa, Kūrma, y Matsya), Brahmā, Vāyu, Garuḍa, los Kumaras, y Śiva - y aparte los sabios Markaṇḍeya y Pulastya.


Todos los recuentos puránicos fueron compilados primeramente por el sabio Vyāsa, tras clasificar el Veda. Esta primera versión se conoce como el Purāṇa-saṃhita, pero ninguna versión del mismo ha sobrevivido hasta nuestros días. En vez de ello, este Purāṇa original se diversificó de la siguiente manera:


Realizado en el significado de los Purāṇas, Vyāsa compiló el Purāṇa-saṁhita, el cual consistía de tradiciones históricas y legendarias, himnos y oraciones, y la sagrada cronología. Él tuvo un discípulo muy distinguido, Sūta, llamado Lomaharṣaṇa, y a él el gran Muni le comunicó el Purāṇa. Sūta tenía seis pupilos, Sumati, Agnivarcas, Mitrayu, Śamśapayana, Akritavarna, quien es llamado Kaśyapa, y Saverni. Los tres últimos compusieron tres Saṁhitas; y Lomaharṣaṇa mismo compiló un cuarto, llamado Lomaharṣaṇika.


(Viṣṇu Purāṇa 3.6)


De este modo, surgieron cuatro Saṁhitas (colecciones) puránicas distintas. De las mismas, se desprendieron más versiones, hasta llegar al número de 18. Estas 18 versiones sí han sobrevivido hasta tiempos actuales, y reciben el nombre de Mahā-purāṇas. Cada Mahā-purāṇa enumera los 18 textos, pero existen leves variaciones, consecuentemente, si se aceptan las variaciones, la lista aumenta a 19, más un 20avo Mahā-purāṇa no oficial, que aunque no contenga el nombre de Purāṇa en su titulo, es de facto un Purāṇa según sus características. La lista, entonces, es la siguiente:


1.Agni purāṇa.

2. Bhāgavata purāṇa.

3. Bhaviṣya purāṇa.

4. Brāhma purāṇa.

5. Brahmaṇḍa purāṇa. .

6. Brahma-vaivarta purāṇa.

7. Garuḍa purāṇa.

8. Kūrma purāṇa.

9. Liṅga purāṇa.

10. Mārkaṇḍeya purāṇa.

11. Matsya purāṇa.

12. Nārada purāṇa.

13. Pādma purāṇa.

14. Skanda purāṇa.

15. Śiva purāṇa.

16. Vāmana purāṇa.

17. Vārāha purāṇa.

18. Viṣṇu purāṇa.

19. Vāyu purāṇa.

20. Harivaṃśa. (este es el Purāṇa no oficial, se encuentra como apéndice del Mahābhārata.)


Existen, además, los Upa-purāṇa, o Purāṇas menores. Su número también es 18, pero la lista presenta una mayor variación entre sus integrantes. Adicionalmente, hay una gran cantidad de Purāṇas regionales, muchos de ellos escritos en lenguas vernáculas -no en sánscrito.



6. Otros textos: Āgamas, Dharma-śāstras y Sūtras.


Finalmente, mencionaré levemente otras categorías de textos de importancia en el Sanātana Dharma que no encajan en las anteriores. La primera de ellas son los Dharma-śāstras, los cuales son Smṛtis separados del Itihāsa-purāṇa. Ellos corresponden a códigos legales, sociales y éticos, que nos ofrecen una ventana a la ideas de sociedad de la India en la segunda mitad del primer milenio A.C. La más famosa de estas composiciones es el Mānava-dharma-śāstra o Manu-smṛti. En general, los Dharma-śāstras regulan la primera de las cuatro metas de la vida (Puruṣārthas), tal como lo revela su nombre, es decir el Dharma (la vida virtuosa).


El termino Sūtra no alude a un tipo de literatura de contenido especifico, sino a un método de escritura, ya que un Sūtra es un aforismo. Para cada Puruṣārtha existe una multitud de tratados de este tipo. Algunos ejemplos incluyen: el Artha-śāstra de Cāṇakya para Artha (la riqueza),y el Kama-sūtra de Vātsyāyana para Kama (el placer). Algunos Sūtras son puramente filosóficos, y se establecen como textos fundacionales de las seis principales escuelas filosóficas (Śad darśana) , tales como el Yoga-sūtra de Patañjali, el Nyāya-sūtra de Gautama, el Vaiśeṣika-sūtra de Kaṇāda, y el Brahma-sūtra de Bādarāyaṇa -este último compendio es la segunda de las tres evidencias vedánticas.

Por último, están los Āgamas, los cuales son corpus literarios paralelos a la tradición védica. No obstante, esta literatura es esencialmente importante para las escuelas de Bhakti (devoción). Las tres principales corrientes devocionales aceptan una diversidad de Āgamas ,dependiendo de la tradición (saṃpradāya): los Śaiva (shivaistas) y Śakta (shaktistas) basan su tradición en los Āgama y Tantra, mientras que los Vaiṣṇava se adhieren a los Pāñcarātra -por el ejemplo el bien conocido Brahmā-saṃhita.



7.Conclusion.


La silaba AUM es la revelación original, en ella todos los Vedas están comprimidos, y en los Vedas pre-existen sus diversificaciones (todos los tipos de literatura aquí descritos). Para llegar a aquella Verdad Suprema - cuyo nombre también es AUM- existen una infinidad de caminos, acerca de los cuales los grandes sabios de la India han escrito al respecto. Con todo, los caminos del Sanātana Dharma no son exclusivos, y existen otras fuentes de conocimiento que aquí no he descrito y que no se limitan al Hinduismo ni a la India. Por consiguiente, está en cada quien encontrar aquel camino, y seleccionar los textos que más se ajusten a sus cualidades espirituales. A fin de cuentas, el Gran Guru que habita el corazón (Adi-Guru) habla a todos directamente en la conciencia, pues Él es Aquello, Él es Conciencia, Él es Prajñanam Brahma.



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